El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, quiso situar ayer a España en primer línea del apoyo internacional al "histórico" proceso de transición de Túnez, ofreció una línea de créditos de 300 millones de euros para apoyar su desarrollo y defendió el Estado aconfesional.
Zapatero, el primer jefe de Gobierno europeo que viaja a Túnez desde la caída del régimen de Zine el Abidine Ben Alí, se reunió ayer con los máximos responsables del gobierno de transición para ratificarles el respaldo de España y decirles que no quiere dar lecciones, sino escuchar y acompañar. La mayor urgencia de Túnez en estos momentos es atender a los miles de refugiados que cruzan la frontera desde Libia y Zapatero avanzó que está dispuesto a movilizar aviones y barcos para trasladarlos a sus países de origen y evitar una crisis humanitaria.
Zapatero se reunió también con la oposición civil tunecina, a la que aseguró que la UE "no va a equivocarse" y apoyará el desarrollo de su país y les advirtió de que para avanzar hacia la democracia "habrá que hacer en una parte cirugía y en otra sólo terapia". Fuentes del Ejecutivo resumieron así parte del mensaje que Zapatero trasladó a las principales organizaciones civiles, algunas todavía ilegales, con las que almorzó en Túnez, como el Foro Democrático para el Trabajo y las Libertades, el Colegio de Abogados, la Liga Tunecina de Derechos Humanos o la Asociación de Lucha contra la Tortura. Zapatero puso como ejemplo la transición española y su propia experiencia vital, con un abuelo fusilado en la dictadura y un padre que vivió sin democracia. Ahora es presidente: "no sabéis cómo se puede disfrutar de la democracia", señaló.
Por otro lado, el Gobierno enviará mañana un avión con ayuda humanitaria para asistir a las personas que se encuentran en la frontera entre Libia y Túnez y que posteriormente se empleará para evacuar a los ciudadanos egipcios que no pueden regresar a su país, según fuentes de Exteriores. La propia titular de Exteriores, Trinidad Jiménez, será la encargada de despedir el avión de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, el segundo que envía España, tras el que viajó la semana pasada con 30 toneladas de ayuda.
Zapatero, el primer jefe de Gobierno europeo que viaja a Túnez desde la caída del régimen de Zine el Abidine Ben Alí, se reunió ayer con los máximos responsables del gobierno de transición para ratificarles el respaldo de España y decirles que no quiere dar lecciones, sino escuchar y acompañar. La mayor urgencia de Túnez en estos momentos es atender a los miles de refugiados que cruzan la frontera desde Libia y Zapatero avanzó que está dispuesto a movilizar aviones y barcos para trasladarlos a sus países de origen y evitar una crisis humanitaria.
Zapatero se reunió también con la oposición civil tunecina, a la que aseguró que la UE "no va a equivocarse" y apoyará el desarrollo de su país y les advirtió de que para avanzar hacia la democracia "habrá que hacer en una parte cirugía y en otra sólo terapia". Fuentes del Ejecutivo resumieron así parte del mensaje que Zapatero trasladó a las principales organizaciones civiles, algunas todavía ilegales, con las que almorzó en Túnez, como el Foro Democrático para el Trabajo y las Libertades, el Colegio de Abogados, la Liga Tunecina de Derechos Humanos o la Asociación de Lucha contra la Tortura. Zapatero puso como ejemplo la transición española y su propia experiencia vital, con un abuelo fusilado en la dictadura y un padre que vivió sin democracia. Ahora es presidente: "no sabéis cómo se puede disfrutar de la democracia", señaló.
Por otro lado, el Gobierno enviará mañana un avión con ayuda humanitaria para asistir a las personas que se encuentran en la frontera entre Libia y Túnez y que posteriormente se empleará para evacuar a los ciudadanos egipcios que no pueden regresar a su país, según fuentes de Exteriores. La propia titular de Exteriores, Trinidad Jiménez, será la encargada de despedir el avión de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, el segundo que envía España, tras el que viajó la semana pasada con 30 toneladas de ayuda.
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