Las revueltas son un "claro llamamiento" de la población de la región, que "está harta del statu quo" y busca "el reconocimiento de sus derechos fundamentales", indicó en un comunicado el director de AI para Oriente Medio y el norte de África, Malcom Smart.
El G8 abordará el fomento de la democracia en Oriente Medio en una cumbre que contará, además, con la presencia de las autoridades interinas de Túnez y Egipto, países que vieron nacer las revueltas.
"Los líderes del G8 deberían aprovechar esta oportunidad histórica para asegurarse de que el objetivo fundamental de su relación con los gobiernos de la región es la protección y promoción de los derechos humanos", afirmó Smart.
Las manifestaciones y protestas populares se propagaron desde Túnez y Egipto a otros países como Libia, Siria, Bahrein y Yemen y, según Amnistía, los gobiernos que han reprimido estos movimientos han perpetuado un largo ciclo de represión e intolerancia.
Para AI, los "abusos contra los derechos humanos en respuesta a los movimientos de protesta son sólo la punta del iceberg" y forman parte de un "patrón de abuso mucho más amplio que se ha visto confirmado durante décadas de represión".
La organización pidió al G8 que reconozca la necesidad de un cambio en la concepción que los diferentes ejecutivos del mundo árabe tienen de los derechos humanos, especialmente en el caso de Arabia Saudí.
"El Gobierno de Arabia Saudí debe reconocer la necesidad de cambio y hacer esfuerzos reales por mejorar los derechos humanos", concluyó Smart.
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