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lundi 2 mai 2011

Los refugiados libios siguen afluyendo a Túnez

En el puesto fronterizo de Dehiba, en el sur de Túnez, el flujo de refugiados libios no cesaba el domingo, después de que la policía tunecina registrase la víspera la cifra récord de 4.970 personas en un solo día.
A media mañana, decenas de coches con matrículas libias hacen cola en el puesto fronterizo de Dehiba, uno de los principales accesos entre los dos países, junto con el de Ras Djir, a 200 km más al norte.
En el lado libio, uno de los soldados rebeldes que controla el puesto, junto a la bandera tricolor (roja, negra y verde) adoptada por los insurgentes, anota en un gran cuaderno el nombre de cada una de las personas que abandona el país.
La guerra no está lejos. Según los rebeldes, fuerzas del régimen e insurgentes combatían en la noche del sábado al domingo a sólo siete kilómetros de allí, en las montañas.
El jueves, soldados del ejército regular llevaron a cabo un violento ataque contra los rebeldes en el puesto fronterizo, penetrando incluso en territorio tunecino, lo que provocó la enérgica protesta del gobierno de Túnez.
Desde entonces, el ejército tunecino está desplegado a unos escasos cientos de metros de la frontera y ha instalado puestos de combate protegidos por muros improvisados levantados con piedras secas, diseminados en medio de un paisaje lunar.
Pese al ataque del jueves, la veintena de rebeldes armados con fusiles de asalto kalashnikov y apoyados por un solo pick-up cargado con un doble cañón de 20 mm no parecen inquietos.
"No merece la pena que seamos muy numerosos aquí", explica uno de ellos a la AFP, "es mejor oponerse a ellos más lejos, en nuestro territorio".
Una vez pasado el control de los rebeldes, los refugiados son acogidos por la policía tunecina. En los coches, cargados al máximo, a veces viaja una familia entera de una decena de personas.
Todos los miembros esperan pacientemente el control de los papeles que el cabeza de familia presenta a los policías.
Diez minutos más tarde, los vehículos avanzan algunos metros hacia los aduaneros. La mayor parte del tiempo, éstos echan un vistazo a las maletas y paquetes y hacen señal de poder pasar. De vez en cuando, un perro del ejército husmea el interior de un auto buscando armas o munición.
Unos metros más allá, miembros de la Protección Civil tunecina esperan la llegada de heridos en el conflicto para darles unas primeras curas, en los casos leves, o evacuarles, en el caso de heridos graves, hacia los hospitales de Dehiba, a 4 km de allí, o de Tataouine, a 130 km, explica un suboficial.
En cuanto a los refugiados sin recursos y sin alojamiento, son acogidos en el primer campo después de la frontera, instalado en la ciudad de Dehiba.
El domingo por la mañana, estaban registrados en ese campo 1.277 refugiados, según el suboficial de Protección Civil.
Se han habilitado otros dos campos de refugiados en la carretera que lleva a Remada y Tataouine.

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