Los rebeldes ganaron terreno al oeste de Libia ayer tras hacerse con uno de los puestos fronterizos con Túnez, hasta ahora bajo dominio de las fuerzas leales a Muamar el Gadafi. Tras la derrota, 102 soldados pro Gadafi, entre ellos algunos oficiales, desertaron y cruzaron a la frontera hacia Túnez, donde eran interrogados uno por uno por militares tunecinos. Un coronel y doce oficiales fueron arrestados.
Los insurgentes tomaron los edificios del control fronterizo cercano a Wazin, en la ruta que une la ciudad libia de Nalut con la localidad tunecina de Dehiba. Allí izaron numerosas banderas de la monarquía, símbolo de los rebeldes, mientras un tractor destruía un enorme retrato del coronel Gadafi que marca la entrada a Libia.
Según el subjefe de la operación de los insurgentes, Yusef, «entre cinco y diez soldados» leales a Gadafi murieron y otros 25 resultaron heridos. Del lado rebelde hubo «un herido leve».
En el puesto fronterizo, agujereado por las balas, se pudo ver poco antes del mediodía cómo unas treinta camionetas llenas de rebeldes, tras abastecerse de agua, se dirigían a una región montañosa, Ghazaya, donde se encuentran las tropas de Gadafi.
Desde hace varios días, los combates sacuden el oeste del país. Más de cien personas murieron el fin de semana pasado en Nalut y Yefren, dos ciudades al suroeste de Trípoli dominadas por las fuerzas pro régimen, según habitantes de esta región.
Desmentido de la OTAN
Durante la madrugada de ayer, la OTAN llevó a cabo bombardeos en la región de Jelat al Ferjan, en el suroeste de Trípoli, que, según el régimen, causaron la muerte de siete civiles e hirieron a otros 18, además de destruir un cierto número de casas.
Sin embargo, la Alianza Atlántica desmintió que sus ataques mataran a civiles. «El objetivo era un búnker de mando y control en medio de un complejo militar. No hay ningún indicio de que hubiera víctimas civiles», subrayó.
La OTAN ha pedido a los civiles que se alejen de las fuerzas gadafistas, para así poder llevar a cabo mejor los bombardeos.
El presidente del Consejo Nacional de Transición (CNT), Mustafá Abdeljalil, declaró al canal France 24 que los rebeldes han obtenido armas, ya sea comprándolas con «dinero libio» como recibiéndolas de «ciertos amigos», que no identificó. Sin embargo, añadió, que «son insuficientes».
El ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, dijo ayer que el envío de asesores militares occidentales a Libia es «claramente el comienzo de una acción terrestre en el conflicto», una operación que calificó de «arriesgada» y con «consecuencias imprevisibles». Algunos oficiales franceses ya están realizando una misión para aconsejar al CNT.
El embajador de Libia en Rusia, Amir al Garib, acusó a las potencias occidentales de transferir a los rebeldes libios los activos congelados de Gadafi.
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